miércoles, 16 de septiembre de 2015
miércoles, 21 de enero de 2015
HÉROE AL PIE DE LA LETRA
Todo hombre nace con un héroe dentro de su corazón que buscará tarde o temprano mostrarse a todos para ser admirado. Los niños juegan a ser héroes luchando para rescatar a sus doncellas en peligro, o para pelear guerras "imposibles de ser ganadas" a menos que ellos decidan intervenir con sus súper poderes.
Teniendo un hijo de un poco menos de dos años cumplidos, me he comenzado a preguntar cuáles son las características que debe tener su papá como prospecto héroe de mi pequeño.
¿Super poderes? No tengo ¿Volar? El vértigo a las alturas me lo impide. ¿Cuerpo de músculos extra definidos? Prefiero comer las delicias que cocina mi dulce esposa sin restricciones. En fin, estoy convencido que Stan Lee no me escogería para ninguno de sus prototipos de súper héroes de Marvel, sin embargo eso no me desanima.
El nombre de mi hijo es Diego, y se que Diego encontrará razones de sobra en su corazón para creer que soy el mejor y más poderoso súper héroe de su mundo. Yo por mi parte me he propuesto esforzarme para dejar un legado en Diego, para que cuando pase la etapa de su niñez, él siga admirando a su padre no porque éste sea perfecto, más bien porque encontré la forma de modelarle algo con lo que él querrá vivir durante toda su vida.
En fin, me decidí a escribir acerca de este tema en el blog porque me encontré con una historia inspiradora, una que vale la pena publicar. Es de esas historias que parece que ya habían sido olvidadas por todos, hasta que todos se dan cuenta que en una pequeña casa semi destruida, yacía un pobre viejo ermitaño que aburrido de su soledad decide compartirla con el niño curioso que insistía en visitarlo y hacerse su amigo a pesar de las múltiples advertencias que debían haberlo alejado de aquel lugar. Esta escrita en la biblia y es la historia de José, el padrastro de Jesús.
Si usted examina bien su historia se dará cuenta que este tipo fue un "héroe al pie de la letra". Sus más grandes luchas fueron en contra de él mismo, y a pesar de lo poco que la biblia cuenta de éste, parece haber vencido todos sus retos en vida. No poseía súper fuerza, ni visión de rayos X, no era resistente a rayos gamma y tampoco se hacía invisible. Su más grande virtud fue su "súper obediencia".
Cada vez que este hombre entraba en crisis, le bastaba con recibir algún mensaje de parte de Dios para ir, levantarse y cumplir al pie de la letra la orientación que había recibido.
-José, no dejes a María. Ve y cásate con ella aunque ese hijo en su vientre no sea el tuyo. Por cierto, cuando lo inscribas, ponle por nombre Jesús.
José tuvo la batalla más intensa que todo hombre puede tener. La batalla para no perder a su amada. Peleó con sus propios pensamientos una y otra vez, pero al final hizo lo que debía al pie de la letra [en otras palabras cumplió lo que habían predicho los profetas].
- José, levántate y viaja ahora mismo hacia Egipto con tu esposa y el niño porque su vida [y la de ustedes] corre peligro.
¿Viajar a otro país sin que nadie te esté esperando para recibirte en la frontera? Otra batalla cruenta, incógnitas, preguntas sin responder, incomodidad. No le importó, se puso su capa de obediencia y partió con la familia, exactamente como lo había escuchado, para que se cumpliera lo dicho por los profetas al pie de la letra.
-José, levántate, es tiempo de volver a casa, los sicarios que los buscaban han muerto y el niño debe volver a su lugar escogido.
Hasta este momento esta parecía la más fáciles de las misiones. Solo bastaba con hablar con ellos, renunciar al trabajo, hacer las maletas y volver a casa. Sin embargo al llegar tan solo a la frontera se dio cuenta no todo iba ser tan sencillo, el peligro todavía los acechaba así que una vez más fue advertido y terminó viviendo en un lugar que no era seguramente el lugar de sus sueños, y todo por volver a cumplir las órdenes al pie de la letra, como lo habían profetizado una vez más de parte de Dios.
No fue para nada fácil para nuestro José, tampoco para María y mucho menos para el pequeño, sin embargo, Jesús tuvo lo que necesitó de niño, acceso propio a un héroe, un hombre que le modeló obediencia a Dios. José hizo lo que yo pretendo hacer con Diego mi hijo, ser lo que él necesite de niño para sacar a flote su súper héroe interior, pero a la vez, dejar lo suficiente en su corazón para que cuando sea adulto siga persiguiendo eso que vio en su papá hasta el último día de su vida.
La biblia no cuenta mucho acerca de los últimos días de vida de José, pero algo es seguro por lo menos para mí, que Jesús nunca dejó de perseguir la primera lección que recibió en su infancia y de quién fue su primer ejemplo: "Obediencia a Dios el Padre al pie de la letra."
Qué ejemplo el de este tipo, un verdadero héroe al pie de la letra.
Mi trabajo con Diego apenas comienza, pero ya tengo claro por donde iniciar.
Gracias José.
jueves, 15 de enero de 2015
DIOS ROMPE CON LA UNIDAD DE ALGUNOS
Si algo hemos conocido acerca de Dios es que él propicia, practica y disfruta la unidad. Nuestro universo es el resultado de la fabulosa unidad de un Dios trino; la frase "hagamos" es una de mis favoritas en la biblia.
Entonces Dios dijo: «Hagamos a los seres humanos a nuestra imagen, para que sean como nosotros. [Gn. 1:26 NTV]
Es además una convicción de muchos que si Dios opera en unidad, su creación debería practicarla de forma imperativa.
El propósito de Dios para la humanidad está basado en la unidad porque unidos somos fuertes. Imagine a los seres humanos unidos en un solo propósito para adorarlo, obedecerlo y para honrarlo, es simplemente impresionante lo que resultaría de esto. Sin embargo el hombre con su naturaleza caída y en su afán por complicar las cosas se dedica a fomentar la unidad para fortalecer sus lazos de maldad con otros, lazos que le permitan sentirse apoyado y aprobado en cuando a sus malas obras, en esos casos, Dios siempre buscará dispersarlo de sus pares.
Muchas veces luchamos contra Dios porque somos muy afectuosos a los "eslabones débiles". Llamo eslabones débiles a aquellos pares con personas que representan una debilidad para nuestras vidas. Gente que son leales a medias, íntegros a medias, confiables a medias, son los eslabones débiles que terminan rompiendo los lazos de muchos, puesto que una relación rota siempre afecta a terceros.
Si somos incapaces de romper dichos vínculos con dichos eslabones, por lo menos dejemos que sea Dios quien los rompa para nuestro beneficio. Él sabe muy bien dispersar la unidad de algunos para bien de muchos. Con el tiempo la mayoría sabe agradecer las sabias rupturas de Dios, imaginando con temor lo que pudo ser de sus vidas si él hubiera permitido que en nuestra necedad siguiéramos construyendo torres elevadas de amistad sin sentido y sin propósito.
Por eso la ciudad se llamó Babel, porque fue allí donde el Señor confundió a la gente con distintos idiomas. Así los dispersó por todo el mundo. [Gn.11:9 NTV]
Entonces Dios dijo: «Hagamos a los seres humanos a nuestra imagen, para que sean como nosotros. [Gn. 1:26 NTV]
Es además una convicción de muchos que si Dios opera en unidad, su creación debería practicarla de forma imperativa.
El propósito de Dios para la humanidad está basado en la unidad porque unidos somos fuertes. Imagine a los seres humanos unidos en un solo propósito para adorarlo, obedecerlo y para honrarlo, es simplemente impresionante lo que resultaría de esto. Sin embargo el hombre con su naturaleza caída y en su afán por complicar las cosas se dedica a fomentar la unidad para fortalecer sus lazos de maldad con otros, lazos que le permitan sentirse apoyado y aprobado en cuando a sus malas obras, en esos casos, Dios siempre buscará dispersarlo de sus pares.
Muchas veces luchamos contra Dios porque somos muy afectuosos a los "eslabones débiles". Llamo eslabones débiles a aquellos pares con personas que representan una debilidad para nuestras vidas. Gente que son leales a medias, íntegros a medias, confiables a medias, son los eslabones débiles que terminan rompiendo los lazos de muchos, puesto que una relación rota siempre afecta a terceros.
Si somos incapaces de romper dichos vínculos con dichos eslabones, por lo menos dejemos que sea Dios quien los rompa para nuestro beneficio. Él sabe muy bien dispersar la unidad de algunos para bien de muchos. Con el tiempo la mayoría sabe agradecer las sabias rupturas de Dios, imaginando con temor lo que pudo ser de sus vidas si él hubiera permitido que en nuestra necedad siguiéramos construyendo torres elevadas de amistad sin sentido y sin propósito.
Por eso la ciudad se llamó Babel, porque fue allí donde el Señor confundió a la gente con distintos idiomas. Así los dispersó por todo el mundo. [Gn.11:9 NTV]
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